jueves, 10 de mayo de 2007

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I. E. S. "PUERTO DE LA TORRE"
UNIVERSIDAD DE MÁLAGA
PLATAFORMA PASEN
CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN (JUNTA DE ANDALUCÍA)
ARTÍCULO EN LA REVISTA LA DANESA SOBRE LA JORNADA CONMEMORATIVA DEL 150 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE S. A. KIERKEGAARD (1813-1855) CELEBRADA EN EL I. E. S. "PUERTO DE LA TORRE" EL 25 DE ABRIL DE 2006


UN DÍA CON KIERKEGAARD

Por Tina Juelsgaard (Revista La Danesa)




Entre temas como elaboración de crepes, sexo seguro, concierto de guitarra, torneo de ajedrez y el rincón de lectura, estaba Søren Kierkegaard en el programa cuando el instituto “Puerto de la Torre” de Málaga celebró su Semana Cultural anual a finales de abril. ¿Se enseña en los institutos españoles a Søren Kierkegaard?, pregunté sorprendida al conferenciante José García, que también es profesor de filosofía de los alumnos del instituto. «No; probablemente soy el único que lo hace», respondió. «El año pasado fue el 150 aniversario de la muerte de Kierkegaard, así que creí oportuno poner en el programa cultural a este gran filósofo danés. Mis alumnos poseen de antemano un conocimiento sólido de él y de hecho se examinarán del pensamiento kierkegaardiano en este curso».

La gran sala de conferencias del instituto fue ocupada para la jornada sobre Søren Kierkegaard. Y la Vicecónsul, Annette Sahlertz de Fernández, estaba en la lista de oradores. Ella expuso una bien preparada introducción sobre la época de Dinamarca en la que vivió Kierkegaard, y sobre la vida de Søren Kierkegaard. Había un silencio absoluto en la sala; los cerca de 150 asistentes eran todos oídos, mientras la Vicecónsul les presentaba a Oehenschläger, H. C. Ørsted, Georg Brandes, Oteen Steensen Blicher, Grundtvig y Hans Christian Andersen, personalidades que caracterizaron la vida cultural danesa en la época de Kierkegaard. Tras la presentación de Annette Sahlertz de Fernández, se visionó un extracto de una película sobre la filosofía de Kierkegaard, en la que, entre otros, Johannes Møllehave pregonó con empeño su versión del mundo de Kierkegaard. Como última aportación al programa, José García tomó asiento al lado del micrófono y dio una explicación sobre la persona de Søren Kierkegaard. Cuando el acto acabó, los alumnos del instituto aplaudieron fervorosamente, de modo que en absoluto había ninguna duda sobre su entusiasmo. La pared de la sala de conferencias reveló lo bien que se habían preparado para este acto. Un gran mural con láminas sobre Søren Kierkegaard, Copenhague y Dinamarca, fue el resultado del trabajo de varias semanas en cooperación con su profesor José García.

El entripado interés que José García tiene por Kierkegaard no es nada normal para un español. Sólo los muy eruditos saben quién es el filósofo danés. Durante 10 años ha trabajado en una tesis doctoral sobre la filosofía en los diarios de Kierkegaard; una tesis que ha resultado tener no menos de 350 páginas, y que para su gran pesar aún se encuentra en el escritorio de su director esperando el visto bueno. «Después de 10 años en unión con Kierkegaard, he llegado a identificarme con él», bromea José García, cuando charlamos juntos después de la conferencia. «Mi mujer siempre dice: “José, el Kiko, y yo”; y, aunque humorístico, es muy acertado, porque Søren Kierkegaard está siempre conmigo».

Es al director de la tesis del Departamento de Filosofía de la Universidad de Málaga, al que José García puede agradecerle su enriquecedor encuentro con Kierkegaard, y con la lengua y cultura danesa. «Siempre me he sentido atraído por el pensamiento existencial, y previamente había leído obras de Nietzsche y Heidegger, que me han influido mucho. Por esto estaba predispuesto a abalanzarme sobre un pensador existencial; y el hecho de que Søren Kierkegaard fuera más o menos desconocido, sólo hizo aumentar mi curiosidad. En primera instancia, aprendí italiano para leer a Kierkegaard en una muy buena traducción de los Diarios; y cuando descubrí cuánto de atrapado estaba por el universo kierkegaardiano, decidí estudiar danés para poderlo leer en su idioma y porque muy pocas de sus obras estaban traducidas al español. De modo que empecé a aprender danés en la Escuela de Idiomas Bonanova de Bjarne Poulsen en Fuengirola, que más tarde me ayudó con las traducciones de los Diarios al español. En 1996 estuve una temporada de estudios en Copenhague, donde asistí a un curso de lengua y cultura danesa. Representó un trabajo duro aprender un idioma que es tan radicalmente diferente del español, pero con palabras de Kierkegaard en la mente: «El camino para hacer la vida fácil es hacerla insignificante», ha tenido sentido», dice José García convencido. A través de sus estudios del danés y lecturas de Kierkegaard, José García ha conseguido ampliar a la vez su conocimiento de la historia y cultura danesa. «A propósito de la historia danesa, dice él, ¿puedes contarme cómo Dinamarca se posesionó de las Islas Vírgenes occidentales, en las que F. Schlegel fue gobernador, y que se vendieron a EE. UU. en 1917?; es una cuestión a la que nunca le he encontrado respuesta». Yo estaba impresionada por el conocimiento cultural que residía en su pregunta, de suerte que no sabía qué contestarle.

«Hay muchas cosas que han cambiado en mi vida desde que me puse a leer las obras de Søren Kierkegaard», responde José García a mi pregunta sobre qué ha significado el pensamiento de Kierkegaard para él. «Entre otras cosas, he llegado a conocerme mejor a mi mismo. Tiempo atrás cargaba con un sentimiento de inquietud espiritual, estaba existencialmente desesperado; pero después de la lectura de La enfermedad hasta la muerte se me aclararon las cosas. Y gracias a Kierkegaard me he convertido en cristiano», expresó, aportando en el mismo hálito que era la primera vez que lo manifestaba públicamente. «Kierkegaard ha conseguido acercarme a la fe cristiana de un modo intelectual. Mi pensamiento está siempre lleno con las ideas reflexivas de Kierkegaard sobre la relación dialéctica entre fe y razón, y el individuo singular y la masa».

Mientras hablábamos, el aula fue poco a poco desocupada por los alumnos. Meditaba si, en resumidas cuentas, Kierkegaard tenía algún significado para estos alumnos. Sabía que José García les había enseñado el pensamiento kierkegaardiano y aproveché cualquier ocasión para hablar sobre su “maestro”; quería saber si les resbalaba sin más o si reflexionaban sobre la filosofía con relación a sus propias vidas. Interrogué a tres chicas que se habían quedado admirando el mural. Ellas parecían muy interesadas y debatían asiduamente sobre lo que veían. «Fue muy emocionante escuchar hablar sobre la vida de Kierkegaard», asintieron; «lo que contó la Vicecónsul me causó una gran impresión», se escuchó de una; «la vida que vivió era entonces tan diferente»; «sí, de todas maneras me ha interesado mucho algunos textos de Søren Kierkegaard», dijo otra trabándosele la lengua. Creo que pensaban que habían aprendido algo que les había estimulado el interés. Yo misma estaba entusiasmada también con el hecho de que, por un día, había estado en compañía con el gran filósofo de mi patria, aquí en estas latitudes meridionales, y con haberme acordado de algunos de los pensadores que también habían ocupado mucho mi propia vida en la época de estudios.

Seguidamente puse la cuestión en el “Google”, y puedo aclarar tanto a José García como a los lectores, a quienes saben justamente tan poco sobre las colonias de Dinamarca como yo, que fueron navegantes daneses enviados por los comerciantes de Copenhague, quienes en 1666 ocuparon la en aquel entonces deshabitada Santo Tomás. San Juan fue anexionada en 1684 y colonizada en 1718; y en 1733 Dinamarca compró a Francia Santa Cruz.

Para aquellos de nuestros lectores que se sienten contagiados por la fiebre de Kierkegaard, puedo recomendarles leer una introducción al filósofo escrita por Johannes Sløk, llamada Kierkegaards univers –en ny guide til geniet. Si uno quiere entretenerse, reírse un poco y al mismo tiempo enterarse algo sobre Kierkegaard, hay que leer la novela Terapia de David Lodge.




Málaga a 3 de junio de 2006

Traducido del danés por José García Martín

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